Idas al Baño y Otras Yerbas.

Ir al baño juntas va más allá de tener instintos lesbicos. Vamos juntas al baño por pura y sencilla necesidad. Los hombres aman inventar fábulas e historias de lo que hacemos las mujeres en el baño, siempre nos gusta ir en manadas. Ellos por ejemplo creen que nosotras lo hacemos como un gesto de pura complicidad y placer por estar juntas, pero es algo más complicado. Deberían saber que en el baño ni siquiera hablamos de ustedes, no nos dividimos pretendientes y mucho menos elogiamos su masculinidad.

 Si pedimos compañía a alguna amiga es por pura solidaridad, porque de seguro necesitaremos que nos agarren la puerta si no cierra, que en un acto de bondad nos busquen servilletas si no hay papel higiénico, que nos suban el ziper del pantalón si queda atascado y no lo podemos subir, por que estamos sumidas; que nos agarren la cartera por que nunca hay donde engancharlas. No entramos a chismear, de seguro mientras ellos especulan estamos rogando que no se nos moje el ruedo del pantalón, que no quede papel pegado a nuestros tacones, que no se nos moje la ropa interior con aquél viejo truco de abuelas de bajarnos lo suficiente sin sentarnos en el baño público. Que conste que cualquier abuso de confianza o instinto lesbicos nos pone alerta. Entre mujeres no se aceptan muestras de afecto más que las legales. No nos sentimos cómoda ni poniéndole bronceador a una amiga, no se asusten caballeros.