
En pleno siglo 21 seguimos exigiendo nuestros derechos ante el machismo y el egoísmo masculino. Y esta vez hablo por todas las mujeres, brillantes, inteligentes, pero que de manera silente se callan cada vez que se encuentran con un pendejo que no quiere usar protección.
No me importa la excusa, ni debe importarte a ti. El hombre que prioriza su placer al precio de tu salud no debería ni recibir una caricia tuya.
Que alguien irrespete tu cuerpo imponiendo la costumbre del descuido me parece abusivo e incluso descarado. Nada será más placentero que gozar sin miedo; pero que injusto que el egocentrismo sea premisa y que un machito imponga el no protegerse como una excusa no negociable.
Deberíamos normalizar dejarlos desvestidos e irnos.
No aceptar nunca ir en desventaja. No hay ningún amor que este por encima de tu integridad. Si no te cuida no le importas. No protegerse es maltrato, es humillarte, es violentarte. Ojalá y cada hombre que lea este escrito sepa que ninguna mujer debe aguantarse su inseguridad, su impertinencia y su abuso.
Los medicamentos como las píldoras del día después son uno de esos actos maquiavélicos que las mujeres asumen con los años si ha tocado un tipo acéfalo.
Si no te sientes cuidada no hay placer, si hay miedo no hay placer y si al terminar 11 minutos de sexo también puedes ganarte una enfermedad o un embarazo ese tipo de hombres debería estar muy lejos de disfrutarte.
No existe el sexo sin cuidado, pues nada es mas placentero para una mujer que terminar un orgasmo sin culpa y sin dudas.