Cualquiera


Lo que más le cuesta a las mujeres pensantes es la soledad.

Es esa maldita manía de tenerlo todo menos buena compañía. Pero no hablo de sexo, no hablo de encuentros de cama…hablo de compañía que llene el alma, de gente que sume, de gente que entienda ese concepto de sustituir penes erectos por caricias del alma.

No sé quien coños le dijo al colectivo que las mujeres brillantes están solas porque no encuentran encuentros sexuales, o por raras, o por complicadas.

La verdad es que un mal polvo te lo da cualquiera. Y créanme que todas tenemos decenas de “cualquiera” en nuestra agenda, en nuestro pasado, a la distancia de un ven, de un “cuando nos vemos” o de simplemente te invito a comer. No se trata de usar los genitales solamente, andamos en búsqueda de quien ejercite el cerebro.

Hoy hablaba con una amiga de nuestros ex. Y qué pasa si ese tipo que soltaste es el perfecto para su actual, pues si! Lo creo, lo es. Pero no lo fue para mi. Su poca visión, su pene diminuto o su pocas ganas de avance, iban sumado a su falta de palabras para conversar. Era mejor tomar vino que esperar que hablara; pues justo ahí la cagaba. Y entonces no se trata de que seamos complicadas, coño es qué hay cosas no negociables y las mujeres que róndamos los treinta y perseguimos los cuarenta, tal vez no tenemos claro que queremos, pero nadie nos dirá lo que no queremos, eso lo tenemos claro y lo recitamos de memoria.

Ese cuento de quedarnos con un “peor es nada” no nos sirve. No caemos en esa tendencia de un polvo y no te veo, pues la permanencia va de la mano con encuentros, que aún no se repitan, tengan buen sabor, tengan confianza, tengan algo más que venirse en tres segundos y borrarse, no por necesidad, sino por vergüenza masculina, de lo mal que les fue.

No sobramos las mujeres independientes, las inteligentes, las seguras, las autosuficiencias, las de buena cama y también buena conversación, simplemente faltan hombres con visión, con seguridad, con cojones para enfrentar relaciones duraderas…no es que estamos solas, es que nadie con talento a llegado al casting…o han llegado y les ha tocado un papel que lo tiene la competencia…no se las que me leen, pero déjame aquí abajo otras razones por las que las que “algunas como tú y cómo yo” seguimos esperando por “el tipo” no por cuálquiera, por ese que no haya que forzar nada, ni la sonrisa, ni la caricia al ego, ni las mentiras, ni el halago, ese que en toda su dimensión sepa quien eres y quien es el, “con eso me basta”.

@hildaarzeno