12:00 de la noche, sentada en mi cama, ese insomnio y esa pensadera nocturna crearan ojeras en mi rostro. Me preguntaba que pasará después que yo decida dormir cada noche con el mismo hombre, será el matrimonio un sueño o una pesadilla por mutuo acuerdo. Viviré lo mismo que los matrimonios que conozco. Hace diez años mi madre le preguntaba a mi padre que quería comer, hoy le pregunta sí va a comer, hace unos años dormían con la puerta cerrada hoy la dejan abierta es lo común, ya no hacen ni el amor ni el odio, viven en las profunda apatía. Me pregunto sí con los años dejare de respetar las mañanas, en cuales no tolero el ruido, seré yo quien lo provoque? Me pregunto si algún día dejare la pasión que me provoca hacer el amor para tener sexo y satisfacer las necesidades obligadas de un ¨hasta que la muerte nos separe¨. Casarme, tengo mis dudas.
Sólo para convencerme debo enamorarme de un hombre que me haga el amor sin preguntarme si tengo ganas, que después de hacérmelo me pregunte si quiero más, que en las mañanas respete mi orden, nada de ruidos, que me abrace sin que yo necesite ese abrazo, que sea capaz de besarme a los ojos cuando no tenga el valor de decir un te amo, que respete mi silencio y que mi voz se convierta en su música, sólo así sabré que será el hombre con el cual quiero correr el riesgo de amar hasta que la muerte nos separe.