Quién se atreve a tirar la primera piedra ante una mujer que ha perdido su virginidad, no es igual de valiosa una mujer virgen que una que no lo sea. Un 84 por ciento de las mujeres nacen sin himen, por lo tanto no habrá ni sangrado, ni dolor. A quien culpamos de esas dudas sociales sobre este meticuloso tema. Es acaso tu sexo tan inteligente como para registrar un himen al contacto, o acaso tienes un aparato especial que determine si lo soy o no.
De hecho existen hímenes complacientes, que hacen más difícil que un hombre perciba la virginidad, si es que hablamos de un himen, de hecho un himen se puede desgastar por razones ajenas a las relaciones sexuales. Creo que muchas veces somos las mismas mujeres las que apoyamos la misoginia y nos desvalorizamos cuando hablamos de este tema harto conocido. Un himen no nos hace diferentes. Para un hombre es vergonzoso decir que es virgen, para las mujeres es un orgullo. Perdí mi virginidad a los 18 y desde ese día hasta hoy soy la misma y nunca me he arrepentido de mis pasos. Un hombre que exige virginidad vale lo mismo que un himen… o menos que lo que vale la cirugía reconstructiva.
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